Desde que volvió de su permiso mi jefe italiano —si, ese permiso que yo no tengo y él sí, aunque él despliegue sólo cuatro meses—, ya no utilizo el MOVCON. Ahora nos movemos en la "macchina", un Toyota Land Cruiser que tiene aquí a su disposición. Con ello ganamos flexibilidad e independencia y, por qué no, seguridad. El nuevo procedimiento es el siguiente: Tenemos el coche aparcado cerca de nuestro garito, así que quedamos allí para equiparnos y chequear en el ordenador las amenazas en Kabul para el día y el estado de las rutas. Por supuesto, seguimos llevando el chaleco, la pistola con dos cargadores y, ahora sí, el fusil con cuatro cargadores. Él, además, lleva una bolsa con otros cuatro cargadores más. El muy cachondo, partiéndose el culo, me dice, "lo siento, no son compatibles con tu HK". A lo que yo le respondo "Giuseppe, don't worry, tu eres más grande (mide más de 1,80 m.), cuando te agujereen el culo no tendré problemas ni de armamento ni de munición". Vamos enlazados por radio con la central del MOVCON por si hubiera algún problema. La verdad es que si, con lo que llevamos encima y la correcta disciplina de fuego, no somos capaces de aguantar en una situación de emergencia hasta que llegue la caballería, es que la cosa esta muy malita.
Es blindado, pero el coche es blanco y discreto, sin antenas ni inhibidores que nos delaten a distancia. Como él, hay decenas por Kabul. Así que nos montamos en el coche, nos echamos por los hombros una pashmina para tapar el uniforme, los parches y los cargadores —Giuseppe esta cabreado conmigo porque me compré una roja y blanca y dice que canta mucho. ¡Y me lo dice él, que cuando se pone la suya parece una mesa camilla! "Es que yo admiraba mucho a Arafat…", le digo con sorna… Se pone de los nervios— y nos ponemos en marcha. No llevamos casco puesto y, dependiendo de la hora, ni siquiera gafas de sol. Por eso de mimetizarse con el paisaje y paisanaje. Un yankee no, pero nosotros dos podemos ser afganos sin pegas.
Aunque pueda parecer lo contrario, ambos creemos que es una forma más segura de moverse que el MOVCON. Es más discreta, no estás sujeto a rutas fijas y respecto a la capacidad de reacción en caso de emboscada, yo sé cómo tiro y él es el jefe de tiradores en la unidad de carabinieri equivalente a la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil. No creo que los chavales del MOVCON lo vayan a hacer mejor. Encima el tío cachondo lleva instalada una cámara de vídeo en el coche y va grabando el trayecto. Ya le pediré una copia de alguno de los viajes, porque conducir en Kabul es digno de verse.
Pero hace dos días probé una tercera opción. En nuestro HQ de SOF tenemos tres vehículos, también blindados, con conductores y escoltas australianos. No funcionan como el MOVCON, sino independientes. El trayecto que hice fue de unos diez kilómetros por una carretera de doble dirección, de tierra, con unos baches enormes y continuos, el tráfico de la M-30 y la variedad de vehículos de un tiovivo —incluido el burro, la bicicleta, el carrito, la “fragoneta”, el motocarro, el colega recogiendo los tickets, etcétera—. En cuanto sales de KAIA ves que no, que no es de dos carriles, que es una highway de cinco carriles intercambiables en cada dirección. Se adelanta por donde se puede, se evitan los baches haciendo zig-zag, los coches se paran para subir o bajar gente, los peatones, ciclistas, vendedores ambulantes, cruzan sin problemas por donde les apetece... Y en todo ese berenjenal, mi blindado conducido por Mad Max y con Cocodrilo Dandee de copiloto diciéndome cosas en su inglés incomprensible, muerto de risa —aquí todo el mundo se descojona cuando coge un coche. No sé, será por no hacerse caquita— mientras entrabamos justos entre un jingle truck de frente y un, digamos preocupado, tipo en moto, con media familia encima, a punto de sumergirse en uno de esos profundos baches. Yo, impasible el ademán, apretando el esfínter un poquitito más de la cuenta, también sonrío y le digo: "Hurry up, buddy, we're late", que para eso soy heredero de los que "todo lo sufren en cualquier asalto, sólo no sufren que les hablen alto..."
Hoy ha sido un suboficial británico que se llama Chris el que me ha traído por la "autopista" que os cuento, con una conducción que ni Carlos Saiz. De estatura media, cuarenta tacos largos, barba poblada y barriguilla incipiente, es un profesional de cojones. Íbamos en el coche los dos en los asientos de delante —venía también aprovechando el viaje un capitán americano, negro como mi alma, que mandé atrás— y, después de tener que decir cinco veces en dos minutos "say again" en nuestra conversación, le pregunté que de dónde coño era. "Glasgow, sir. I know I’ve a strong accent". "Strong? Fuck you motherfucka", cabronazo, si no hay forma de entenderte jodido escocés. Y se reía. Acabamos hablando de sus vacaciones en Benidorm y Menorca y de que los del Celtic son una panda de maricones —él debe ser de los Rangers—.
Pues bien, ya empiezo a reconocer a los "tough but wise guys" del lugar y este es uno de ellos. No los de Hollywood, que por KAIA hay muchos, de esos vestidos en “Coronel Tapioca”, que llevan dos pistolas, tres machetes y las Oakley de espejo… pero se giran cuando suena la sirena y oyen el "incoming, incoming, incoming". A los buenos, nada más tienes que verlos cuando se preparan para salir en el coche o cómo llevan el equipo. Cómo se colocan el fusil en el lateral de la puerta, se calzan las gafas balísticas, los guantes de combate y se ponen a conducir. Sí, con gorra de béisbol y barriguilla, pero es gente que transmite experiencia de la de verdad por todos sus poros. Sinceramente, cada vez estoy más convencido de que es mejor utilizar los medios de mi tribu. La sensación que da ir con los tipos "más cabrones del valle" no es comparable con la que dan los chavalitos del MOVCON. Mejor coche sí, pero ya está. Yo con mi siciliano, Chris, y los ozzies de la "cúpula del trueno".
La verdad es que sí estoy haciendo "amiguetes" o, por lo menos, hay mucha gente que me llama Pedro, que para estos tipos de boca retorcida es jodido de narices. Deben de pensar: "Mira este cabroncete bajito… Tiene gracia, el jodido español…"